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agosto 14, 2013

Peluquera aficionada a la arqueología logra reconstruir el peinado de las vestales romanas


Peluquera aficionada a la arqueología logra reconstruir el peinado de las vestales romanas


Fuente: Yahoo noticias | Alfred López |LiveScience | 16 de enero de 2013


Entre los múltiples personajes que habitaban en la época de la Antigua Roma, las vestales eran, sin lugar a dudas, valiosos elementos dentro de la sociedad, debido a la importante responsabilidad a la que eran encomendadas: mantener encendida la llama del Templo de Vesta, la diosa del hogar.

Estas seis jóvenes sacerdotisas, las cuales eran seleccionadas cuando aún estaban en la pubertad, se caracterizaban por una serie de privilegios que les eran otorgados y se encontraban entre las seis mujeres de mayor importancia de Roma (tras la esposa del emperador). Todo ello a cambio de consagrar sus vidas a la vital misión de velar por el bienestar de los ciudadanos romanos, a través de vigilar que el fuego sagrado no se apagase.


Entre los sacrificios que debían realizar estaba el voto de castidad y conservarse vírgenes a lo largo de los 30 años en el que una vestal debía dedicar su vida al cometido para el que habían sido elegidas. Característico también era el peinado con en que recogían su pelo: media docena de trenzas y que iban de un lado al otro de la cabeza.



Janet Stephens, peluquera afincada en Baltimore y arqueóloga aficionada, ha dedicado los últimos siete años en investigar los pasos, uno por uno, para la realización de esos peculiares peinados.

El pasado 4 de enero presentó el resultado de todos estos años de trabajo e investigación en la reunión anual celebrada por el Instituto Arqueológico de América en Seattle entre el 3 y el 6 de ese mismo mes. Allí, y tras las pertinentes explicaciones, Janet Stephens pudo realizar una demostración de cómo ha conseguido reconstruir el peinado que lucían las vestales romanas y cuál era el procedimiento que se utilizaba para realizarlo.

Tras varias sesiones de práctica y utilizando tan sólo elementos que podrían encontrarse hace dos mil años, explicó cómo se efectuaba cada uno de estos peinados, que ella ha conseguido llegar a realizarlo en una media de 40 minutos.

Teniendo en cuenta que en tiempos de la antigua Roma muy posiblemente cada vestal sería peinada al mismo tiempo por varios esclavos y que éstos ya tendrían por la mano la elaboración de cada una de las laboriosas trenzas que adornaban sus cabezas, se calcula que, por aquel entonces, se necesitaría una media de 10 minutos por sacerdotisa.

Comenzó a interesarse en la antigua peluquería después de lo que ella llama un "encuentro casual" con un busto antiguo en el Museo de Arte Walters de Baltimore.

"Me dije, 'Oh, eso es genial, tengo que intentar esto en casa'", dijo Stephens a LiveScience. "Y fracasé miserablemente".


El hecho dio lugar a siete años de investigación y una publicación en laJournal Roman Archaeology sobre las técnicas de peluquería en la época imperial romana. El estilo Virgen Vestal, sin embargo, presentaba problemas particulares debido a que los tocados en capas en las cabezas de las vestales cubrían la mayor parte de su cabello. En las esculturas y otras obras de arte, los detalles de las trenzas de las vestales están a menudo enmascarados.

"Ha sido muy difícil tratar de averiguar cómo se hacía, porque sólo había dos artefactos que mostraran el estilo del peinado con suficiente detalle como para decir algo acerca sobre cómo se construía el peinado", dijo Stephens.

El peinado de una virgen vestal consistía en dividir el pelo de la cabeza en varias partes, realizando una serie de trenzas que después iban de un lado al otro. Un entretenido trabajo que es como si se tejiese, pero en lugar de hilos se utiliza pelo.

Tras el trenzado, la cabeza era cubierta por una ínfula (unas cintas entrelazadas hechas de lana que estéticamente recuerdan a las rastas) de color rojo y blanco. La roja simbolizaba el compromiso de las vestales en mantener encendido el fuego sagrado y la blanca representaba su voto de castidad, su pureza y virginidad.

El último elemento que se colocaba sobre sus cabezas era un velo blanco, llamado sufíbulo, el cual era utilizado por las sacerdotisas cuando realizaban determinadas ceremonias o rituales que les eran encomendadas.

En el siguiente vídeo de 17 minutos pueden visionar paso a paso todo el proceso en la recreación del peinado de las vestales romanas, realizado y comentado por la propia Janet Stephens.

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Janet Stephens, una peluquera que sorprende como arqueóloga del peinado

La pasión por la historia y su habilidad con las cabelleras hicieron que Stephens tenga el reconocimiento de especialistas en arqueología.





(Foto: AFP)

 De día, Janet Stephens corta y tiñe cabelleras en un salón de belleza en Baltimore, cerca de la capital estadounidense; por la noche, recrea los peinados de las doncellas y emperatrices romanas, con una precisión y técnica elogiadas incluso por los propios arqueólogos.

“Esto es un estilo diosa Vesta, esto es un emperatriz Plotina, esposa de Trajano. Tenía un corte de pelo muy especial”, dice la peluquera, delante de cabezas de maniquíes con múltiples bucles y complicadas trenzas en el garaje de su casa en Baltimore, en Maryland (este).

Stephens, una elegante pelirroja de 54 años, es peluquera desde los 22 y ha tenido desde siempre una pasión: la historia antigua del peinado. Es también uno de los pocos no expertos que publicó en el Journal of Roman Archeology (JRA), una revista para especialistas en arqueología romana.

Allí Stephens expuso su teoría, completamente original y que le llevó años demostrar con evidencia científica.

“Desde siempre se ha dicho que los peinados romanos eran pelucas o un invento de los escultores”, dice a la AFP.

Pero para esta arqueóloga aficionada, los peinados se hacían con pelo verdadero, con las muy largas cabelleras de nobles damas. El armado, compuesto por múltiples trenzas, moños o rulos, no se sostenía con pasadores sino que se cosía para que aguantara bien, afirma.

“Tuve esa intuición”, cuenta, “y me di cuenta de que usar una aguja e hilo” para sostener, por ejemplo, los cabellos de un moño, “funcionaba para todos los peinados”.

El peinado, elaborado por la esclava, bien sujeto gracias a los hilos, podía permanecer intacto durante varios días, asegura Stephens. Las pelucas, según esta peluquera, eran demasiado complicadas de hacer. Y “era pelo de verdad”, dice al rechazar la idea de que los peinados hayan sido inventados por los escultores.

“¡No latín!”

Janet Stephens se obsesionó con los museos, pasaba largas horas en las bibliotecas, aprendió alemán (“¡a Dios gracias, no latín, solo necesitaba saber unas pocas palabras!”) para sustentar su teoría y presentar al público un documento convincente.

Así demostró, “basada en el gramático del siglo II Sexto Pompeyo Festo”, que una palabra en latín, “acus”, siempre traducida como “broche”, en un contexto de peluquería significa “aguja”.

“Los intelectuales no trabajan con las manos y los estudiosos de la antigüedad probablemente nunca se hicieron un penado”, explica. “Yo llegué sin ideas preconcebidas, como una peluquera, y conozco bien el pelo”.

Stephens tiene una cuenta en YouTube, donde presenta una veintena de peinados, realizados únicamente con instrumentos documentados, como agujas de hueso, goma de acacia, o rizadores rudimentarios.

Esta peluquera no busca vender su talento, pero invita a “Hollywood a ir a YouTube para ver cómo hacerlo”.

Todavía se ríe cuando ve en “I Claudius” (Yo, Claudio), la serie británica de la década de 1970 sobre el Imperio Romano, a las actrices con raya al costado. “¡Esos peinados eran muy años 1970! Ninguna mujer de la antigüedad romana tenía raya al costado, iban de raya al medio, siempre simétricas”, dice.

Stephens, cuyo esposo es profesor universitario de literatura del Renacimiento italiano, quiere ahora abordar ese período, intrigada por los bucles del pintor Botticelli.

“Es una pasión”, afirma. “Pienso en esto todo el tiempo. Leo la prensa del corazón, veo los peinados de moda. Para relajarme, leo revistas científicas”.


Fuentes: Terrae Antiqvae  y Publimetro

Cristal C. Barreto C. 

Antropóloga - UCV

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