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Si queremos lograr una cultura más rica, rica en valores de contrastes, debemos reconocer toda la gama de las potencialidades humanas, y por lo tanto tejer una sociedad menos arbitraria, una en la que la diversidad del regalo humano, encuentre un lugar adecuado." Margaret Mead

noviembre 29, 2013

Los brazos de la Venus de Milo


Los brazos de la Venus de Milo


La Venus de Milo es una de las esculturas más conocidas del arte helenístico. Es una bella figura femenina que representa a la diosa del amor y la belleza (Venus para los romanos y Afrodita para los griegos): Mide 2´05 metros de altura, su autor es desconocido y podemos fecharla a fines del siglo II aC. Pero es conocida por una característica, la falta de brazos. En torno a porqué los perdió o a su localización hay varias teorías.

La escultura fue descubierta en 1820 en la Isla de Melos (también conocida como Isla de Milo) por un campesino llamado Yórgos Kendrotás mientras trabajaba sus tierras. La estatua estaba partida en dos y junto a ella parece que encontró un fragmento de antebrazo y una manzana. Se considera que ésta formaría parte de la mano izquierda al ser un símbolo de la deidad. En el famoso de Juicio de Paris, éste ofreció la manzana a Afrodita como veredicto al considerarla la más bella entre las bellas. Kendrotás ante el peso del descubrimiento, 900 kilos, dejó parte de la obra en el lugar donde estaba enterrada y llevó la otra a su casa con la intención de venderla al mejor postor.

Eran tiempos complicados en el solar de la actual Grecia donde se luchaba por conseguir la independencia del Imperio Turco y estos acontecimientos no podían dejar de afectar a la Venus de Milo. Kendrotás se puso en contacto con un clérigo para venderla y éste con un oficial francés, Jules Dumont, con la intención de que la sacara de la isla impidiendo que cayese así en manos turcas.


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El oficial francés la sacará de la isla días antes de la proclamación de la independencia de Grecia y la llevó a su país donde llegó a manos el rey Luis XVIII y después al Museo de Louvre donde la podemos disfrutar hoy. En este contexto hay teorías que dicen que la tuvieron que sacar muy deprisa y que fue aquí donde perdería los brazos, para algunos incluso en un enfrentamiento con los turcos que recogerían y se quedarían con los brazos.

Si los brazos se perdieron en su hallazgo inicial o por los avatares que sufrió desde entonces nunca lo sabremos, pero ¿realmente importa? Lo que está claro es que la ausencia de los brazos es tan importante como la obra al completo, realmente me alegro que las diferentes reconstrucciones que se propusieron en diferentes momentos de la historia no salieran adelante. Sinceramente no me imagino a la Venus de Milo con brazos.





Cuando la Venus de Milo engañó a los nazis


La Venus de Milo es una conocida obra helenística rodeada de curiosas historias, pero hoy nos vamos a detener en su aventura durante la 2ª Guerra Mundial.

El Museo de Louvre tomó medidas para que, durante la ocupación nazi, sus obras maestras permanecieran a salvo de la codicia del III Reich.

El miedo a los bombardeos y sobre todo al expolio nazi llevaron a los responsables del Museo a embalar sus obras de arte para trasladarlas. Entre agosto y diciembre de 1939, 37 convoys se llevaron 3.690 obras del Louvre hacia destinos ocultos más seguros. Así obras maestras como la Gioconda o la Victoria de Samotracia abandonaron su residencia y permanecieron años escondidas.





Pero más curioso fue el caso de la Venus de Milo que fue embalada y escondida en los sótanos del Castillo de Valençay.



Sin embargo, con el fin de que no fuera echada de menos en el museo, la original fue sustituida por una réplica de yeso. Cuando los alemanes ordenaron la reapertura del museo en septiembre de 1940 la escultura fue admirada durante cuatro años sin que se dieran cuenta de la burda falsificación que tenían frente a ellos. Una medida muy inteligente por parte de los franceses sobre todo conociendo la predilección de los nazis por hacerse con grandes obras para llevarlas a Alemania o venderlas en el mercado negro.

Cuando el Louvre volvió a la normalidad en 1947 la Venus de Milo volvió a su hogar recuperando el lugar de honor que le corresponde.


Fuente:  QuHist y QuHist

Cristal C. Barreto C.
Antropóloga- UCV.

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