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Si queremos lograr una cultura más rica, rica en valores de contrastes, debemos reconocer toda la gama de las potencialidades humanas, y por lo tanto tejer una sociedad menos arbitraria, una en la que la diversidad del regalo humano, encuentre un lugar adecuado." Margaret Mead

marzo 08, 2014

Palma datilera de Judea vuelve a brotar después de 2000 años


Una palma datilera de Judea, extinta en el año 70 d.C., vuelve a brotar dos mil años después

Crece un árbol extinto plantado de semillas que arqueólogos desenterraron en Israel.



La palma datilera de Judea, extinta en el año 70 d.C., ha vuelto a brotar
gracias al descubrimiento arqueológico de una jarra con semillas.
La palma datilera de Judea, extinta en el año 70 d.C., ha vuelto a brotar gracias al descubrimiento de una jarra con semillas que llevaba enterrada dos mil años bajo el palacio del Rey Herodes.


Por miles de años la Phoenix dactylifera, o palma datilera de Judea fue una de las especies más abundantes del Medio Oriente. Se cultivaba en toda la región de Judea por su fruta dulce y la fresca sombra que ofrecía a las personas del desierto.

Desde su aparición hace unos 3 mil años hasta los albores de la Era Común, los árboles fueron una fuente de ingresos esencial del Reino de Judea, incluso apareciendo en varias partes de la Biblia. El Rey David llamó a su hija “Tamar” en honor al nombre hebreo de esa palma.

Pero debido a que esta palma era base de la economía del reino, cuando llegaron los romanos, en el año 70 a.D., acabaron con ella y la llevaron a la extinción para efectuar su conquista. En los siglos que le siguieron, el conocimiento de primera mano de este árbol se convirtió en leyenda. Hasta hace poco tiempo.

Durante la excavación en el palacio del Gran Herodes en Israel a principios de 1960, arqueólogos desenterraron un pequeño cúmulo de semillas guardadas en una jarra de barro que data de hace 2 mil años. Por las primeras cuatro décadas, las antiguas semillas fueron guardadas en la Universidad Bar-Ilan de Tel Aviv, pero en 2005 la investigadora botánica Elaine Solowey decidió plantar una y ver si algo crecía.

Sorprendentemente, la semilla milenaria brotó, produciendo una especie de árbol que no se había visto en siglos y convirtiéndose en la semilla de árbol más antigua en germinar.

Hoy el tesoro arqueológico continúa creciendo e incluso ha sacado una flor.
Fuente: Antrophistoria (Vía Oleikultura)

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Iv. Cruz
Antropóloga, UCV

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