Los Jardines Colgantes de Babilonia se encontraban en Nínive
Los Jardines Colgantes de Babilonia considerados como una de la Siete Maravillas del Mundo Antiguo no se encontraban en Babilonia, como hasta ahora se pensaba, sino en Nínive una ciudad situada en el norte del actual Irak.
Tras 20 años de investigación el Dr.
Stephanie Dalley, del Instituto Oriental de la Universidad de Oxford, ha
logrado juntar la suficiente información como para considerar de manera
incuestionable que los jardines se ubicaban en Nínive debido, no al rey
Nabucodonosor sino, al gobernante sirio Senaquerib.
En un primer lugar Dalley propuso la
idea de que fue en Nínive, no en Babilonia, donde estos jardines se
situaban, tomándose la paciencia y el tiempo de dos décadas para reunir
la información suficiente para demostrar su afirmación.
El trabajo típico de detective realizado por Dalley será publicado por la prensa de la Universidad de Oxford a finales de este mes, donde se destacarán cuatro de las pistas que evidencian su situación.
Después de estudiar las descripciones
históricas posteriores a los Jardines Colgantes, se dio cuenta que un
bajorrelieve situado en el palacio de Senaquerib retrataba los Jardines Colgantes.
Los bajorrelieves que son una de las pruebas fundamentales se perdieron
en la mitad del siglo XIX. Algunos de ellos que fueron descubiertos por
el arqueólogo británico Austin Henry Layard ,en la década de 1840, se encontraban ya en mal estado de conservación
pero afortunadamente Layard encargó a un artista dibujar el
bajorrelieve el cual fue reconocido por Dalley en un libro de Layard,
publicado en Londres en 1853 y en el que se retrataban los jardines en
Nínive.
La capital asiria de Nínive bien pudo considerarse como la “Nueva Babilonia”,
después de la conquista en 689 antes de Cristo, de ahí que los
historiadores pensaran que los jardines se habían encontrado desde un
principio en Babilonia. La investigación reveló que por lo menos una ciudad en Mesopotamia, Borsippa, había sido también considerada como “otra Babilonia”
desde el siglo XIII antes de Cristo lo que demuestra que otros lugares
recibieron ese nombre. Después de que los asirios conquistaran
Babilonia, el monarca renombró todas las puertas de la ciudad de Nínive.
Dalley comparó la topografía de
Babilonia y Nínive dándose cuenta de que el paisaje era totalmente llano
en los alrededores de la primera, algo que hubiese hecho imposible el
suficiente suministro de agua para poder mantener los jardines.
Finalmente sus investigaciones han sugerido que las descripciones realizadas por los historiadores sobre los Jardines Colgantes en realidad habían estado visitando Nínive.
Los Jardines Colgantes tenían forma de
colina artificial, semicircular y en forma de teatro con varios niveles
llegando a alcanzar hasta los 25 metros de altura. En la base se situaba
una especie de piscina alimentada por los arroyos que fluían por las
laderas. Todo el jardín ocupaba unos 120 metros de diámetro y se estima
que fue regado con al menos 35.000 litros de agua que llegaba por medio
de un canal y un acueducto.
Por lo tanto, la nueva investigación demuestra que los jardines realmente existieron, algo que todavía se cuestionaba por los historiadores, y que se situaron en Nínive.
Fuente: redhistoria.com
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