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Supone una ventaja para quienes nacen con genitales de los dos sexos
Los hombres y las mujeres ya no serán categorizados obligatoriamente como hombres o mujeres en Australia. Un tribunal australiano ha despejado el camino para que los ciudadanos no tengan que identificarse ni como hombre ni como mujer en los registros o documentos oficiales, según ha dado a conocer el medio autóctono 'CBC News'.
Esta decisión histórica fue tomada el pasado viernes por la Corte de Apelaciones de Nueva Gales del Sur, el estado más antiguo del país oceánico, que revocó un fallo anterior por el que los ciudadanos sólo eran reconocidos legalmente por alguno de estos dos sexos en su nacimiento, en el matrimonio y en su defunción. Pero, a partir de ahora tendrán una tercera opción: 'sin especificar'.
La decisión ha sido una victoria para la organización para la igualdad sexual en Sydney. La iniciativa ha sido promovida por la activista Norrie, quien lleva luchando desde 2010 para conseguirlo.
A sus 52 años, Norrie se identifica como 'género neutro' y fue la primera australiana en entrar en la lista de 'sexo no especificado'. Sin embargo, esa clasificación le fue retirada sólo cuatro meses después, por lo que decidió emprender una lucha en busca de apoyo hasta que finalmente ha conseguido su objetivo.
Kalki, creadora del primer servicio matrimonial para hijras
Efecto "persuasivo" para otros Estados
Permitir a la gente identificarse sin sexo podría tener grandes implicaciones para futuros bebés que pudieran nacer con genitales ambiguos, según los defensores de la iniciativa.
También permitirá a las personas que se clasifican a sí mismos comoneutros, andróginos, intersexuales (denominación que sustituye al término anticuado "hermafrodita") o transexuales para determinar su propia identidad.
Hugh de Kretser, del Centro de Derechos Humanos, ha indicado al periódico 'The Age' que la decisión de la corte tendrá probablemente un efecto de "persuasión" que proporcionará orientación jurídica para los Estados más allá de Nueva Gales del Sur.
No es la primera vez que un ciudadano tiene esta petición. Una pareja de Toronto hace dos años consiguió repercusión mediática por todo el mundo cuando revelo al periodico 'Toronto Star' sus planes para cambiar a género neutro de su hijo de cuatro meses. Los padres del niño expresaron que querían que el pequeño se desarrollarse libremente y que cuando fuese adulto eligiese por sí mismo su sexualidad.
El tercer sexo
Lo cierto es que Australia no es el primer país del mundo en reconocer 'el tercer sexo". Tailandia y la India le llevan la delantera.
En la india los 'hijra' (palabra en urdu que significa hermafrodita) son hombres vestidos de mujer que se relacionan con otros hombres o con otros hijras. La tradición hijra tiene miles de años de antigüedad y está presente en los escritos sagrados de la religión hinduista. En marzo de 2005 el tercer sexo fue añadido como categoría sexual en el registro de pasaportes de la India, al añadirse la categoría E, de Eunuco junto a la F (femenino) y M (masculino).
Y en Tailandia, los Kathoey son biológicamente hombres, pero se consideran a sí mismos mujeres atrapadas en un cuerpo que no es el suyo. La religión budista, basada en la tolerancia, hace posible que los Kathoey sean respetados en la sociedad tailandesa como un sexo aparte. Su transformación comienza en la niñez, antes de convertirse en adolescentes.
Lo cierto es que Australia no es el primer país del mundo en reconocer 'el tercer sexo". Tailandia y la India le llevan la delantera.
En la india los 'hijra' (palabra en urdu que significa hermafrodita) son hombres vestidos de mujer que se relacionan con otros hombres o con otros hijras. La tradición hijra tiene miles de años de antigüedad y está presente en los escritos sagrados de la religión hinduista. En marzo de 2005 el tercer sexo fue añadido como categoría sexual en el registro de pasaportes de la India, al añadirse la categoría E, de Eunuco junto a la F (femenino) y M (masculino).
Y en Tailandia, los Kathoey son biológicamente hombres, pero se consideran a sí mismos mujeres atrapadas en un cuerpo que no es el suyo. La religión budista, basada en la tolerancia, hace posible que los Kathoey sean respetados en la sociedad tailandesa como un sexo aparte. Su transformación comienza en la niñez, antes de convertirse en adolescentes.
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