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Si queremos lograr una cultura más rica, rica en valores de contrastes, debemos reconocer toda la gama de las potencialidades humanas, y por lo tanto tejer una sociedad menos arbitraria, una en la que la diversidad del regalo humano, encuentre un lugar adecuado." Margaret Mead

junio 09, 2013

El Día-D en las playas de Normandía. Un estudio arqueológico submarino del campo de batalla

Por: Javier Noriega


Tuvieron que atravesar un canal de La Mancha enfurecido, plomizo y enbravecido. Las olas iban y venían de aquí para allá. El objetivo para el que estaban preparándose desde hace años, era nada mas y nada menos que el asalto del continente y allá que iban con aquella poderosa armada. Apodada Operación Overlord, el asalto fue descrito en directo por el primer ministro británico Winston Churchill. De su contemplación y fruto de tantos años de organizacion y peeocupacion, lo llevó a definirla como “la operación más difícil y complicada de su tipo en celebrarse jamás”. Fue el primer paso definitivo para derrotar a Alemania por los aliados occidentales.


Esta claro que esta de Normandia, posiblemente fue una de las batallas más significativas y simbólicas en la historia del siglo XX. Y vino por la mar….Y ya sabemos que donde existe historia, siempre tiene algo que decir la vanguardia de la misma; la Arqueología. Y como suele ocurrir en múltiples ocasiones, la disciplina de la arqueológica marítima tiene mucho que decir. También aquí. Otra ocasión más, y dado que tal día como hoy seria el primer día de invasión, nos ofrece la oportunidad de traer a “espejo de navegantes” aquellas historias del pasado.

Los campos de batalla en la mayor parte de los países que no son de la esfera anglosajona (salvo honrosas excepciones), apenas han contado con el estudio mediante metodología científica arqueológica, de forma constante y sistemática, sobre lo que ellos denominan “battlefield camps”. Y mira que muchos de ellos tienen importantes batallas en sus territorios. No es así para algunos países, que entienden aquellos conflictos históricos si que forman parte, y una importante, de su cultura. Para esto de la historia de los conflictos y todo lo que de ellos derivan, un buen ejemplo de las actuaciones y resultados de la investigación es el ecosistema y la labor de algunos investigadores del Reino Unido. La celebración en la Universidad de Glasgow en Abril de 2000 del congreso denominado “Fields of Conflict: progress and Prospects in Battlefield Archaeology”, marcó el inicio de numerosas iniciativas que giraban en torno a esta necesidad arqueológica en aquellos lugares precisos. Tras esto, se pusieron en marcha publicaciones como el Journal of Conflict, que formaría parte del posterior Centre for Battlefield Archaeology. La inercia histórica de Shandurst, y el círculo intelectual que Liddel Hurt y sus “al otro lado de la colina” sembraron el sustrato necesario para darse cuenta que los conflictos son cultura, sociedad y economía. Es cuestión de historia. Y así el English Heritage, el organismo público del Reino Unido dedicado a la conservación del patrimonio, ha destinado recursos y tiempos a la catalogación y puesta en valor de yacimientos militares del s. XX.




Desde el punto de vista del historiador o arqueólogo, la principal consideración que quería dejar claro aquí, es que un campo de batalla puede y debe ser considerado como un tipo de yacimiento arqueológico. El mismo es susceptible de ser localizado, prospectado y eventualmente excavado e interpretado como cualquier otro yacimiento, bien que aplicando una metodología apropiada a sus peculiaridades, como fue en el caso de Normandía; en donde la tecnología ocupó un lugar fundamental para la investigación. Era normal, después de 60 años, muchos de los restos sumergidos se encontraban en esas profundidades cercanas al litoral, prácticamente tapados por sedimentos de arena. El valor de un campo de batalla es inmenso. Si lo pensamos, refleja una instantánea, una foto fija de los acontecimientos en donde en ocasiones se enfrenta lo mejor de la tecnología de cada cultura, en el tramo de unas horas o de días a lo sumo. Tal como fue el caso de las playas del norte de Francia; el mundo retuvo la respiración durante unos días ante el hecho de que aquello supondría la liberación de Europa.

Es así como el día D en Normandía, no podía escapar del interés de arqueólogos e instituciones por trabajar en el contexto de aquel episodio fundamental de la historia. Es el interés que me ha llevado a traer esta historia aquí. Justamente un 7 de junio del 2013. 69 años después del día en el que comenzaron a dejar restos, que en su momento fueron intrumentos militares, y que ahora se revisten de un interés arqueológico e histórico importante. Tal consideración se antoja como importante desde el mundo de la arqueología submarina. Y por este motivo, tanto Brett Phaneuf y Robert Neyland delInstituto de Arqueología Náutica de la Universidad A & M de Texas (INA)comenzaron a preguntarse, si era posible investigar desde el punto de vista arqueológico una batalla crucial para su historia. Entendieron que sí, y por eso lo hicieron.



Como suele ocurrir en los proyectos importantes y extensivos en materia de arqueología submarina hay que planificar correctamente el trabajo. Se utilizaron para batir detalladamente los kilómetros de costa, una gran variedad de equipos de teledetección. El que adquiriría una importancia fundamental sería el magnetómetro. Equipo tecnologico que sirve para localizar fácilmente elementos metálicos (y los tanques, así como las lanchas de desembarco lo son, y en una gradiente en donde los magnetometros lo localizan fácilmente). Junto a este incluyeron, sonar de barrido lateral, vehículos operados por control remoto (ROV), así como un sistema de ecosonda multihaz, que dieron a superficie imágenes espectaculares, especialmente en lo referente a los tanques y las lanchas de desembarco.De este modo, los arqueólogos del proyecto fueron capaces de reconocer los componentes individuales de los naufragios y pecios de forma singular en particular y de forma instantánea ( observando claramente las rampas, torretas, escotillas, etc), lo que serviría entre otras cosas para conocer su estado de conservación, y el impacto en el fondo marino circundante. Suele ocurrir con estos yacimientos arqueológicos submarinos, cuando se utiliza tecnología y especialmente en profundidad, los resultados son notables. La calidad de las imágenes y la nitidez de las mismas, te permite reconocer con detalle las estructuras del pecio notablemente. Tal es lo que ocurre con los pecios descubiertos en profundidad en Sicilia y el Mar Negro. En esa ocasión las imágenes que el video nos ofrecen son de ánforas antiguas. Una vez visualizadas el arqueólogo puede llegar a todo tipo de conclusiones sin invadir y dañar por tanto el yacimiento. El proyecto de investigación que nos ocupa quedó concluido en el verano de 2002. Tardaron dos años en investigar en campo las zonas marítimas señaladas. Posteriormente el proyecto entraría en una nueva fase de la investigación de archivo intensiva y la recopilación de historias orales de los participantes del Día-D. Imaginaros la escena, al piloto de los Sherman DD hablándote de lo complicado que tuvo aquel día infernal, para manejar aquel tanque dotado de hélices y bla, bla, bla. Después irían a por los diarios de guerra, a los informes de combate y los documentos fotográficos relacionados con la batalla (fotografías y película de material fílmico), y luego a esbozar una sonrisa al contemplar que todo lo que se dice aquí o allí, esta delante de sus ojos. Bajo el medio marino.

Cada vez, la arqueología en campos de batalla, proliferan en más lugares del mundo. En España al menos de forma sistemática podemos destacar el Master de Arqueología y Patrimonio, dedicado a la Arqueología Militar de la Universidad autónoma de Madrid.El Instituto de cultura naval del Museo Naval de Madrid tiene también mucho que decir, especialmente sobre su Armada, “nuestra armada” y sus vestigios históricos diseminados por todo el mundo, que tan bien conoce. Al igual que ocurrió con el UAB estadounidense en Normandía, aún quedan muchos hitos marinos por investigar, y que requieren de una necesaria cooperación entre militares e historiadores. Por el estudio de las fuentes. Por el uso de la tecnología y los fondos archivísticos. Por el conocimiento directo que atesoran. Tienen un campo común en el que cooperar. Y mucho futuro por investigar.



Para leer el artículo completo: http://abcblogs.abc.es/espejo-de-navegantes/2013/06/08/el-dia-d-en-las-playas-de-normandia-un-estudio-arqueologico-submarino-del-campo-de-batalla/

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