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Si queremos lograr una cultura más rica, rica en valores de contrastes, debemos reconocer toda la gama de las potencialidades humanas, y por lo tanto tejer una sociedad menos arbitraria, una en la que la diversidad del regalo humano, encuentre un lugar adecuado." Margaret Mead

junio 06, 2013

Indumentaria femenina en la Mesoamérica prehispánica

Antropología e historia

El Textil mexicano tradicional
Indumentaria femenina


Figurrilla femenina del Clásico de Veracruz portando un huipil
Foto: Marco A. Pacheco/Raíces para Arqueología Mexicana, No.17.
La indumentaria prehispánica femenina se redujo al uso de tres prendas básicas: el huepilli o huipil, el quechquémitl y el enredo o falda llamado cueitl. Estas tres prendas, al igual que toda la indumentaria mesoamericana tuvo ciertas modificaciones según la época y las regiones en las que fueron utilizadas. 

El huepilli o huipil, era la prenda que comúnmente usaban las mujeres para cubrirse el torso. Esta consistía en una túnica suelta sin mangas con aberturas para la cabeza y los brazos; compuesta de dos o más lienzos añadidos. Su uso se registra en Mesoamérica desde el periodo Clásico (250-900 d.C. aproximadamente). Actualmente el hupil es una de las piezas básicas en el atuendo femenino de algunos grupos étnicos mexicanos.

El cueitl, era la prenda que complementaba el atuendo femenino, dado que el huipil y el quechquémitl solo cubrían el torso, esta prenda cubría la parte inferior del cuerpo. El cueitl era un lienzo rectangular con el cual se envolvían desde la cintura hasta los tobillos o las rodillas (el largo variaba según la región y la cultura).

Los largos del cueitl, al igual que los diferentes modos de ajustarlo dependían de las costumbres y la estética; un ejemplo de ésto, son las mujeres tarascas que aún enfrentándose al frío de la zona en la que habitaban, usaban el cueitl en su formato mas corto. Al cueitl también se le conoce como enredo o falda y representa el equivalente al taparrabos masculino.

Figurilla femenina del Clásico de Veracruz vistiendo un cueitl
y un quechquémitl
Foto: Marco A. Pacheco/Raíces para Arqueología Mexicana, No.17.
Entre los accesorios femeninos se encuentra el nelpiloni, el cual fungía como cinturón o ceñidor, tejido para sostener el enredo a la cintura. También contaban con sandalias tejidas con ixtle, las cuales sólo las mujeres de alto rango podían usar ya que el resto iban descalzas. 

En algunas regiones del país, las mujeres solían decorar su rostro y pies de colores rojo, amarillo y negro, también pintaban sus cabellos con lodo prieto o con un tinte extraído de la planta del añil llamada xiuhquilitl en náhuatl. A diferencia de los hombres, las mujeres no decoraban sus cabezas con cascos ni plumas, solo utilizaban hilos gruesos de colores para sostener su cabellera o bien, llevaban coronas de flores.

El quechquémitl era otra de las prendas que utilizaba la mujer prehispánica. Esta prenda se formaba por dos rectángulos unidos de manera en que sus picos caían al frente y por detrás del torso en forma de triángulos. 


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Iv. Cruz
Antropóloga, UCV




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